En el ferrocarril del norte, propiedad de la familia Dávila con terminal en Nemecón, fue hallado un baúl y en su interior un cuerpo humano doblado y cubierto de cal. Según, la policía estableció que el cadáver forzadamente tronchado correspondía aproximadamente a una niña de 15 años, y sobre ella un sobre destinado a “mercedes García de Ariza-Barbosa” que decía: “guárdelo en el caidizo de Luisa”
De esta manera investigadores y periodistas se han tomado la tarea de resolver este enigma, sin embargo no se ha corrido con mucha suerte, puesto que la pista contenida en el sobre no ha dado ningún resultado positivo, después de una revisión de los médicos forenses para una posible identificación, no se han encontrado culpables de dicho crimen.
En cierto modo este tema estuvo cancelado por un buen tiempo en los diarios más prestigiosos de Bogotá, debido a las falencias que se presentaron con este caso anónimo, aunque se presume que el misterioso asunto sucedió en una casa campesina de Mesitas. Había ocurrido un accidente, una lámpara de gasolina estalló y el combustible le causó quemaduras a una jovencita, dónde la trajeron a Bogotá y allí la hospitalizaron en San Juan de Dios, pero murió. Y enviaron el cadáver a la facultad de medicina para las experiencias morfológicas de los estudiantes, no obstante se dice que el cuerpo no era utilizable y de esta forma lo empacaron en un baúl y lo llevaron a la estación del ferrocarril del norte.
Aunque no se ha creído mucho en esta versión, pero tampoco se dispone de argumentos para desmentirla, por lo tanto se ha seguido continuando con la investigación, y para sorpresa de todos se ha encontrado que esta adaptación no es del todo cierta, según estudios que sean llevado a cabo por algunos seguidores del proceso. Quienes se han desplazado a ciertos lugares para confirmar dicha versión, que a su vez nuevamente fue un fracaso. Es por esto que la prensa prefiere no volverse a ocupar de este tema.
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