Tratando de alcanzar el tiempo Jenny Paola culmina sus labores en la oficina de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, sonriente y con la humildad que la caracteriza, después de las seis de la tarde se desplaza para el colegio departamental, sede UNIMINUTO.
Debido a que cursa séptimo semestre de Comunicación Social-Periodismo, preocupada y dando pasos gigantes, Jenny corre para el salón, intranquilida porque en pocos minutos presentara una exposición, a la que le dispuso poco tiempo, puesto que el trabajo le impide dedicarle el espacio suficiente a sus estudios.
Cada mañana se levanta con la ilusión de brindarle lo mejor a su hija Jeimy de cinco años de edad, le prepara un buen desayuno, la ayuda a vestir e inmediatamente la lleva para la escuela. Después se regresa para la casa, se baña y se alista para dirigirse rumbo a su puesto de trabajo, que durante todo el día permanece dentro de la Universidad brindándoles atención a los estudiantes.
Son las 10 pm y Jeimy no se ha dormido esperando a su mama, que bastante cansada llega del agite de sus ocupaciones, quien siempre a esa hora acostumbra a revisarle las tareas y asimismo colaborarle en lo que se le dificulte, mientras que los trabajos de la universidad trata de hacerlos en las dos horas de descanso del mediodía.
Jenny para remediar los cinco días de la semana, que no está con su hija, los domingos se los consagra a ella, con salidas a cine o comer helado, lo importante es compartir con Jeimy cada instante que sus obligaciones la privan de estar juntas.
Desde que empezó a estudiar comunicación social su principal objetivo siempre ha sido amparar a la niñez de escasos recursos, pues unos de sus sueños es poder tener una fundación y brindarles un apoyo.
Así como estos niños sufren calamidad, ella también la vivió y sabe bien que es andar descalza, con ropa desgastada y rostro cabizbajo, es por esto que el mayor anhelo es sacar a su hija adelante y a muchos pequeños que necesitan de una mano amiga que les ayude a menguar sus aflicciones.
María Inés madre de Jenny se siente orgullosa de su hija, admira su valentía y esfuerzo por terminar su carrera, a pesar de los obstáculos que la vida le ha presentado, este fue uno de los motivos por lo que trabaje muy duro para poderle pagar los dos primeros semestres, agrega. De ahí en adelante es ella quien con sacrificio se ha costeado su carrera, dos años de mesera le enseñaron que trabajar no es deshonra.
Con bandejas cargadas de almuerzos de un lado para otro, y el afán de los clientes, la hacían revoletear hasta el punto de terminar sus labores rendida, de esta manera Jenny se pagaba su estudio.
La Universidad Minuto de Dios de cierta forma busca incentivar a los jóvenes a que estudien una carrera o una tecnología que los ayude a formarse como personas, por eso ofrece buenas opciones de pago para que se puedan vincular de una manera fácil y dinámica. Así como Jenny hay muchos que trabajan para pagarse el semestre, e incluso se ha visto que algunos estudiantes venden productos dentro de las jornadas de clases, para completar sus cuotas o gastos necesarios.
Como es el caso de Bayron Andrés, quien también cursa séptimo semestre de comunicación social, él solo espera que se terminen las clases para rápidamente, ofrecerles a sus compañeros unas exquisitas empanadas, a muy buen precio., hechas por su abuela. Con el fin de recoger algún dinero para su sostenimiento, debido a que sus padres no viven en la ciudad por motivos de trabajo, razón por la que aprovecha estos espacios para deleitar el paladar, y asimismo contribuir a su bienestar.
Con bastantes esfuerzos muchos son los estudiantes que con sacrifico otorgan una profesión, lágrimas derramadas, privacidad de algunas cosas, falta de tiempo o noches sin dormir, caracterizan a la persona que se esmeró por hoy día ser un ingeniero o médico, quien luchó con el sudor de su frente, y se sienten orgulloso de que todo su empeño no fue en vano, solo una honesta experiencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario